La contraposicion entre el Eros y el
Tanatos y entre el Bios y la Muerte, no encuentra una salida favorable bajo un tratamiento biopolitico, que avala, justifica y ampara intervenciones cruciales en la vida de los seres humanos, lindando en las fronteras del vivir y el morir (Marcuse, 1986).
Si en el anterior capitulo se centro en el "modo indicativo o social", en el siguiente lo hace en el "modo subjuntivo u optativo o interpretativo o cultural", un modo "saturado de intencion, deseo y voluntad [...] el mundo de lo bueno y lo malo, del deber y de lo justo [...] el modo subjuntivo atesora la multiple creatividad humana en accion, la efervescencia de la fantasia", eros y
tanatos, mito y rito, el esplendor, lo oculto, lo numinoso, la creencia, lo misterioso y sagrado.
Freud responde con su hipotesis de la pulsion de muerte o
Tanatos, la cual, igual que la pulsion de vida o Eros, inviste las representaciones que surgen de las relaciones entre las instancias del aparato psiquico.
Su compromiso con la realidad se articula aqui a partir de la dialectica entre Eros y
Tanatos, plasmada mas por medio de los silencios que de los dialogos.